¿Debo operarme?
La obesidad es un factor de riesgo reconocido en el desarrollo de enfermedades como la diabetes, hipertensión, hipercolesterolemia, cardiopatía isquémica, apnea del sueño, artrosis, cáncer. Y el riesgo aumenta cuando más tiempo de evolución esté presente la obesidad. Las dietas y tratamientos médicos no consiguen mantener la pérdida de peso a largo plazo. En cambio la cirugía de la obesidad o cirugía bariátrica sí ha demostrado resultados exitosos en la pérdida de peso como en la reducción o desaparición de enfermedades asociadas.
¿Cuáles son los riesgos de la operación?
Como en cualquier intervención quirúrgica, existen riesgos. Cabe destacar, que los riesgos en este tipo de operación, son menores que los de la obesidad. Las complicaciones más graves son: el tromboembolismo pulmonar y la fístula anastomótica. En manos de expertos la mortalidad de esta cirugía no debe ser en ningún caso mayor del 1%.
¿Cuánto peso se pierde?
El peso se comienza a perder desde el primer momento y el descenso es rápido en los primeros 6 meses, continuando, más lentamente hasta los 18 ó 24 meses que es cuando consideramos que se estabiliza. La forma, rápida o paulatina, de perder peso es diferente para cada persona; los jóvenes y más activos suelen perder más peso que los mayores y los que menos ejercicio realizan. El peso que vayan a perder es impredecible; estadísticamente, los pacientes pierden a los 2 años entre el 75% y el 80% del exceso de peso inicial, es decir de los kilos que le sobran por encima de su peso ideal.
¿Puede fracasar la operación?
La operación puede fracasar, si el paciente no sigue las instrucciones del médico y abusa de la ingesta de alcohol, dulces o hidratos de carbono. Se considera que la operación ha fracasado si el paciente no pierde más del 50% de lo que le sobraba, o si el IMC es superior a 35.
¿Qué es el IMC?
La definición de obesidad o, mejor dicho, cuándo el peso de una persona comienza a ser considerado patológico, puede hacerse desde diferentes puntos de vista. El modo más riguroso y comparable, y el más usado, es el llamado Índice de Masa Corporal (IMC), que se obtiene al dividir el peso en kilogramos entre la altura en metros elevada al cuadrado. La normalidad se encuentra entre 20 y 25; la obesidad mórbida, o patológica, por encima de 40, aunque a partir de 35 se habla de obesidad severa, con riesgos muy similares. La cuestión fundamental para considerar a la obesidad mórbida una enfermedad grave es la creciente diferencia en mortalidad entre los diferentes grupos de peso, que es al menos tres veces mayor para ésta que para los individuos en límites normales de IMC.
¿Qué vida haré después de la operación?
Tendrá una mejor calidad de vida, podrá comer de todo pero poca cantidad, obtendrá una vida social sin restricciones y lo más importante, la mejoría o desaparición de las enfermedades asociadas.
¿Me podré quedar embarazada?
Sí, usted podrá quedarse embarazada. Pero tendrá que esperar 12 meses tras la intervención. El hecho de estar operada de obesidad no representa ningún problema para un embarazo, al contrario, por un lado mejora la fertilidad y por otro, el embarazo es de menor riesgo y las posibilidades de un parto normal (sin necesidad de cesárea) son mucho mayores.
¿Existen deficiencias nutricionales a largo plazo?
Son muy poco frecuentes, pero a veces puede haber deficiencias de hierro, vitamina B12, ácido fólico o calcio.
¿Podré beber alcohol?
Debe evitarlo. Pero en ocasiones especiales, puede tomarse un vaso de buen vino.