La vesícula biliar es un órgano que se encuentra en íntimo contacto con el hígado e interviene en la digestión ayudando a la absorción de las grasas que se ingieren. Los cálculos biliares son de tamaño muy variable y se forman al precipitar los cristales de colesterol de la bilis, por una alteración de sus componentes. No siempre la presencia de litiasis o cálculos biliares produce síntomas, pero cuando un cálculo obstruye la salida de la vesícula o del conducto de la bilis es cuando causa el “cólico biliar”.
El dolor del cólico biliar se presenta típicamente tras la ingesta de alimentos y se localiza en la boca del estómago y en el lado derecho del abdomen por debajo de las costillas, acompañado de nauseas y/o vómitos. En ocasiones puede provocar fiebre y/o coloración amarillenta de piel y mucosas (ictericia), orina oscura (coluria) o heces de color blanquecino (acolia).
Cuando la presencia de litiasis produce síntomas, la cirugía es la única opción adecuada para resolver el problema.
La cirugía de la litiasis biliar actualmente, si no existe contraindicación para ello, se efectúa por vía laparoscópica, con unas pequeñas incisiones en el abdomen por las que se introducen los instrumentos que emplea el cirujano y una cámara, de forma que se extrae la vesícula biliar a través del ombligo. La cirugía laparoscópica permite una recuperación menos molesta y más rápida que otros abordajes.