La fisura anal es una pequeña herida o úlcera lineal que aparece en el borde interno del ano. Suele comenzar con un desgarro o corte en el recubrimiento cutáneo del conducto anal, por un esfuerzo defecatorio en personas con un episodio de estreñimiento. En otras ocasiones aparece por una causa traumática, diarrea o por enfermedades inflamatorias intestinales. No obstante, un tanto por ciento no despreciable es de causa desconocida.
Los síntomas típicos de la fisura anal son dolor (proctalgia) durante y/o después de la deposición además del sangrado. El dolor que provoca la fisura anal causa de forma involuntaria un espasmo del esfínter interno del ano, por lo que no llega suficiente sangre a la zona de la fisura y ésta no puede cicatrizar. El dolor y el espasmo son más intensos con la defecación, por lo que el paciente evita ir al baño y se hace aún más estreñido, lo que incrementa todavía más el espasmo del esfínter anal y el dolor. Es decir, se produce un círculo vicioso de espasmo anal y dolor.
El tratamiento consistirá en romper el círculo vicioso espasmo-dolor. Por lo tanto, cualquier método terapéutico deberá conseguir una relajación del esfínter interno o producir una sección o corte del mismo. De esta manera, disminuirá el dolor y el espasmo y comenzará a llegar bien la sangre a la fisura, comenzando la cicatrización de la misma.
Más de la mitad de las fisuras pueden cicatrizar mediante un tratamiento conservador consistente en dieta rica en fibras (verdura, fruta, legumbres) y líquidos, baños de asiento con agua templada, laxantes y analgésicos. Además, pueden emplearse pomadas de nitroglicerina o diltiazem. También se pueden emplear en casos seleccionados inyecciones de toxina botulínica en el esfínter anal interno.
Si con estas medidas no mejoran los síntomas se debe realizar un tratamiento quirúrgico. La esfinterotomía interna o sección quirúrgica de una porción del esfínter anal interno, se considera el mejor método para el tratamiento definitivo de la enfermedad. Puede realizarse a través de una pequeña incisión en el borde del ano y no suele ocasionar problemas para el control de las heces, sin embargo la valoración del riesgo será estimada por el cirujano colorrectal de forma individualizada.